06 enero 2011

... SERÁ POR DISFRACES

Odio acordarme de determinadas persona en determinadas situaciones. Odio notar como la inmensidad que nos separa se impone entre mis pulmones y mi diafragma para no dejarme respirar. Odio poder poner la mano en el fuego al afirmar que esa inmensidad sólo existe en mi cabeza, y que para él no es más que vacío.

Odio tambalearme entre la soledad y el desamor, sin atreverme a entregarme a una o a otra. Odio saber que yo estoy así porque quiero, mientras que hay personas que realmente están sufriendo por actos que no hace tanto tiempo creí que eran los correctos.

Sé perfectamente que no hablo de mis sentimientos porque lo que digo y lo que hago no son capaces de ir de la mano. Sé que no soy capaz de sincerarme ni contigo, ni con cualquier amigo porque no quiero conocer lo que llevo guardado. Sé que me gusta estar sola porque soy la única persona que no me pregunta cómo estoy, ni en qué estoy pensando, ni qué es lo que quiero hacer.

Dejé de querer saberlo cuando tiré la toalla, cuando decidí que para que no se notara que la había tirado, era mejor sonreír y aparentar que todo estaba bien. Dejé de buscar amigos que quieren dar consejos, para encontrar amigos que te dan un abrazo mientras te huelen el pelo. Dejé de recordar lo que me hacía feliz, para poder dedicarme a lo que no me hacía infeliz.

Te enterré... a ti y a cada uno que se asomaba por mi sendero. Te tiré al mar... sé perfectamente en qué viaje y en qué acantilado. Te asesiné, ocultando las pruebas y todo lo que había vivido contigo.

Ven ahora a secarme las lágrimas, esas que sólo el mar y yo hemos visto. Ven ahora a limpiarme las manos, esas que perdieron fuerzas y no han podido volver a moverse. Ven ahora a contarme que todo es mejor. Ven a contarme cómo a mejorado tu vida.

Ven a destruirme otra vez... Ya no puedes, no dejaste nada de mí.

10 comentarios:

southwind dijo...

Asustado, deprimido, sin horizontes, ni alegría alguna...en ocasiones nos sentimos presos de estas sensaciones, sumidos en un pozo oscuro, lúgubre, angosto y que parece no tener fondo para con nuestra caída. La desesperación nos invade, nos hace presos de una cárcel sin paredes, que tiene únicamente por rejas nuestra propia visión de la realidad.


Piensas que el tiempo debe transcurrir para que las heridas cicatricen, para que el dolor se mitigue, y la depresión se evapore...sin embargo, si nos ensimismados en nuestro dolor, no existirá horizonte temporal que sane las heridas provocadas en nuestro corazón.
Sí, nuestro pobre corazón que maltrecho, herido y sesgado por el dolor sufrido, y que en tantas ocasiones nos revelaba sentimientos agradables de amor y compresión, se torna gris y amargo.


Debemos saber que el corazón no tiene cerrojo exterior, se abre como el mar, desde dentro.
Quién no recuerda una caricia, un abrazo, una mirada cómplice, es ahí, ese momento, ese instante donde radica la felicidad. No es rico quién conserva la primera moneda que ganó, si no quien mantiene su primer amistad. Cuidad a los amig@s..., una vida sin amistad tal vez no tenga riesgos, pero carece de brillo y grandeza, sin amistad, sin pasión no hay felicidad posible. No hay magia.


En los momentos que estamos realizando un trabajo creativo, se iluminan nuestras pupilas, no entendemos de horas, dias, semanas, no nos importa el momento, ni el lugar en el que nos encontramos. El meditar sobre el poder creador que subyace en cada uno de nosotros, aun desesperados y al borde del naufragio, hace que nos sintamos felices (Recomiendo la lectura de Momentos Estelares de la Humanidad, Stefan Zweig)


Inherentemente existen fechas en los que de manera mágica nos sentimos felices, a pesar de aumentar la cuenta, es bonito cumplir años. ¿Por qué ceñirnos a una sóla fecha para sentir dicha felicidad? No sabemos el tiempo que nos queda por vivir, desde que nacemos tenemos un certificado de defunción redactado, a falta de firmar la fecha...¡vivamos cada instante en esta vida con intensidad! y ¿por qué no?
Celebremos: ¡Cumple-momentos!


Cuando alguien recuerda el momento más feliz conecta con una energía superior, indescriptible, clara, blanca diría yo, con un sentimiento íntimo de plenitud. Esos breves instantes de experiencia indescriptible, impregnan de calidad nuestras vidas, y nos conmueve su frescura...esos momentos amigos míos son la magia de la felicidad. Nada más.

http://soloviveysefeliz.blogspot.com

Subur dijo...

Nos alegramos de que ahora tengas un nuevo sitio dónde desahogarte.

Un besillo y mucha suerte :)

Anónimo dijo...

¿no es un poco pronto para decir que has tirado la toalla?

Subur dijo...

Decir, se pueden decir tantas cosas...

Anónimo dijo...

dime que piensas....crees que la distancia es el olvido?

Subur dijo...

Creo que querer es poder :)

Anónimo dijo...

y tu que quieres?

Subur dijo...

yo no tengo nada que olvidar, si te refieres a eso

Anónimo dijo...

está a punto de pasar un tren, éste no lo quiero perder, nos vemos en la estación?

Subur dijo...

Minuto 41:50 hasta el final. Ahí tienes la respuesta que te da tu pasajero.

http://www.megavideo.com/?s=seriesyonkis&v=802R4LQR&confirmed=1